“Nuestra capacidad para alcanzar la unidad en
la diversidad
será la belleza y la prueba de nuestra civilización”
Mahatma Gandhi
A las y los estudiantes de la asignatura Educación
especial
e inclusión educativa de la Universidad
del Golfo de México
UGM campus Tecamachalco,
Pue
En
el ámbito educativo la inclusión y exclusión son dos polos diametralmente opuestos ya que en uno se dan las condiciones
para la apertura y el acceso a la educación y en el otro de
manera contraria se bloquea y niega este acceso.
Y
es muy evidente desde el momento en que el docente
sobre todo el que sigue ejerciendo desde las prácticas de la corriente tradicional, manteniendo un
esquema estrictamente vertical que bloquea y mantiene su posición de autoridad
poseedora del conocimiento, y que por tal hecho no se preocupa por identificar
en lo mínimo los avances o retrocesos de los estudiantes regulares y mucho menos poner atención a las diferencias
individuales de algunos estudiantes que requieren de la atención
personalizada y que muchas de las veces se les toma en cuenta.
Y
es precisamente en el caso de los estudiantes
con algún tipo de diferencia individual
en el ámbito escolar es la persona en
quien se debe de centrar la atención y a la cual se le debe de brindar la atención adecuada, para efecto no tan solo de adecuar los contenidos
curriculares sino también el entorno
para hacerlo más accesible adaptándolo
a un ambiente donde en la medida de
lo posible las limitaciones puedan eliminarse en cuanto a la infraestructura y los accesos sea más cordial con los
estudiantes con algún tipo de discapacidad,
sea esta física-motora, visual o auditiva.
Para
Cruz et al (2017) “La educación inclusiva la podemos entender
desde dos miradas. En una primera
está la parte de la ley, la política, el ordenamiento o imperativo
que desde discursos oficiales han permeado las prácticas institucionalizadas y modificado elementos
representacionales sobre el lugar de los “diferentes”.
(…) representa un Derecho Humano de
algunos grupos y por tanto, en ella
subyace una lucha más bien política, donde lo que debe darse es la reivindicación de espacios que se han considerado
excluyentes para algunos y segregatorios para otros.
Por otro lado, (…) puede
ser entendida más como un elemento
pedagógico y didáctico (Echeita,
2014), lo cual concierne a una serie de prácticas
educativas y diseños para todos
(Verdugo y Shalock, 2013, Booth y Ainscow 2000, UNESCO 2003), apoyos que deberían desplegarse y coadyuvar a que los
estudiantes, sea cual sea su condición, puedan acceder al currículum y
sobre todo a conocimientos y habilidades indispensables para su vida en autonomía y conforme a derecho.” (1)
De
acuerdo a la información que proporciona la Autoridad Educativa Federal en la
Ciudad de México (s/f) “La USAER es una instancia técnico
operativa de la Educación Especial, conformada
por un Director, Maestros de Apoyo, Psicólogo, Maestra de Comunicación y Trabajadora
Social. En el marco de la Educación Inclusiva, proporciona los apoyos técnicos, metodológicos y conceptuales
que garanticen una atención de calidad a la población escolar y particularmente a aquellas alumnas y alumnos que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación, y que
se encuentran en riesgo de exclusión:
población con discapacidad o con capacidades
y aptitudes sobresalientes, así como
aquéllos que en los diferentes contextos, se les dificulta acceder o participar
en las oportunidades de aprendizaje de los campos de formación”. (2)
De
acuerdo a García et al (2015) “El total de USAER que se han creado en el país es de 1,690 y hay 4,208 CAM (SEP, 2014). Se dice que con las USAER se atienden alrededor de 28,000
escuelas del nivel básico, cerca
del 10% de las escuelas del país (SEP, 2012), aunque no resulta claro cómo se
llega a esta cifra, pues cada una de estas unidades atiende a cinco escuelas en
promedio.” (3)
El
Instituto Nacional de Evaluación para la Educación en el documento “Principales
cifras nacionales” (4) señala que a inicios del ciclo
escolar 2016-2017 en el rubro
correspondiente a la Educación especial se encontraban funcionando 4478 USAER y que en ese mismo ciclo
escolar existía un numero de 97553
escuelas primarias y 39265 escuelas
secundarias que dan un total de 136818 que equivale al 16.36 %, al igual que García et al citado en el
párrafo anterior no existe claridad en el número de unidades de servicio
denominado USAER como centros de atención
a escuelas.
En
el caso de que el funcionamiento de las USAER fuera optima, que es lo mas
deseable, de alguna forma los medios y recursos con los que cuente un centro educativo por lo menos debería
tener la preocupación en el caso del
nivel básico como lo es la primaria realizar pruebas para conocer aspectos como la audición y visión, y por
otro lado conocer las actitudes y comportamientos que manifiesta el niño,
a la par de entender que también se conozca si existe alguna afectación en cualquier extremidad o algún otro aspecto que
afecte a los niños al incorporarse a la escuela.
Con
esa información se generaría un expediente donde se verifique en algún momento algún tipo de discapacidad que le persona tuviera al menos en el grado más leve y
así poder desarrollar las estrategias adecuadas identificar desde un primer momento las barreras u obstáculos que se tendría que enfrentar el estudiante para su optimo
proceso de enseñanza-aprendizaje.
(1 (1) Cruz Vadillo.
Rodolfo, Iturbide Fernández. Paulina, Santana Valencia. Emma Verónica, (2017),
“Implicaciones de la inclusión de alumnos
con discapacidad en la práctica educativa”, Universidad Popular Autónoma
del Estado de Puebla, Congreso Nacional de Investigación Educativa, COMIE, San
Luis Potosí, extraído del sitio: https://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v14/doc/0585.pdf
(2 (2) AEFCM, “Antecedentes AEFCM”, extraído del sitio: https://www.aefcm.gob.mx/quienes_somos/aefcm/index.html
(3) García Cedillo. Ismael, Romero Contreras. Silvia, Rubio Rodríguez. Silviana, Flores Barrera. Vasthi Jocabed, Martínez Ramírez. Araceli, (2015), “Comparación de Prácticas Inclusivas de Docentes de Servicios de Educación Especial y Regular en México”, Actualidades Investigativas en Educación, vol. 15, núm. 3, pp. 238-254, Instituto de Investigación en Educación, Universidad de Costa Rica, extraído del sitio: https://www.redalyc.org/jatsRepo/447/44741347011/html/index.html
(4) Instituto Nacional de Evaluación Educativa “Principales cifras nacionales” Educación básica y media superior Inicio del ciclo escolar 2016-2017, serie Indicadores educativos, extraída del sitio: https://www.inee.edu.mx/wp-content/uploads/2019/01/P2M110.pdf
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