22 mayo 2005

¿Educación cívica o educación política?

José Luis Quiroz Campos

“El civismo debería de ser la materia rectora de toda educación,
por que un individuo puede dejar de conocer los números,
pero no el como conducirse con sus semejantes”
Maestro Benito Solís Luna
Revista Educación 2001 julio/95

El portal de internet de la Secretaria de Educación Publica del Gobierno Federal Mexicano http://www.sep.gob.mx/wb2/sep/sep_154_educacion_civica da a conocer aspectos relativos a la educación cívica de la cual citamos parte de la introducción, donde menciona que: - “La educación cívica es el proceso a través del cual se promueve el conocimiento y la comprensión del conjunto de normas que regulan la vida social y la formación de valores y actitudes que permiten al individuo integrarse a la sociedad y participar en su mejoramiento.
México vive un proceso de transformación en el que se fortalecen la vigencia de los derechos humanos, la democracia, el Estado de Derecho y la pluralidad política; asimismo, se diversifican las organizaciones y los mecanismos de participación de los ciudadanos”
– y marca también los contenidos de manera general en los siguientes aspectos: Formación de valores, Conocimiento y compresión de derechos y deberes, y Fortalecimiento de la identidad nacional precisando que estos se imparten a lo largo de los seis años que dura la educación primaria. Por lo cual se debería intentar establecer la diferenciación o similitudes entre la educación cívica y/o política, y es que el civismo es una acepción mas conocida y aceptada, que lo referente a lo político, igualmente conocida pero que de alguna forma ha sido percibida por un desgaste natural en su practica e interpretación y por ende de alguna forma rechazada por la mayoría de la población.

Podría ser que la percepción para el común de la sociedad en general es que el civismo es una parte de la formación educativa indispensable que promueve la participación de la ciudadanía, y la organización para el logro de objetivos comunes, a la vez que la concepción de la política sea vista con una connotación negativa en donde solo se vea como fin la consecución del poder por el poder o la practica de actitudes deshonestas y viciadas (visión hasta cierto punto sesgada) de ahí su desgastada imagen, pero que de alguna forma el civismo y la política comparten el objeto de estudio que es el carácter social de un individuo cuyos aspectos entre otros serian: individuo, familia, sociedad, valores, territorio, identidad nacional, forma de gobierno, normas etc…

Este hecho de diferenciación se ve mas matizado, en una entrevista realizada en el mes de julio del año 1995, por Ivonne Melgar para la Revista Educación 2001 al Politólogo Rafael Segovia Canosa en la pregunta - Su opinión sobre la cultura política de los mexicanos - y que era respondida en los siguientes términos - No hay cultura política sino muchas maneras de comportarse del mexicano ante el hecho político determinada la situación actual, la escolaridad. No es lo mismo la cultura de un chiapaneco indígena monolingüe que la de un empresario de Monterrey. Por eso hay que distinguir entre cultura e identidad nacional, por que esta si es compartida por todos en el sencillísimo hecho de decir soy “mexicano” -, esta percepción marca aspectos que la educación cívica y/o política comparten como lo son la cultura, el territorio y la identidad y que en el transcurso del tiempo pasado y presente, se ha manifestado a través del manejo y manipulación de símbolos y héroes nacionales y que se han manifestado a través de batallas en el plano ideológico, social, insurreccional o electoral y ha ido variando de manera subyacente y de esto bastaría como ejemplos indicativos: el neo-cardenismo y el neo-zapatismo.

También recordemos la existencia de un sistema político en el país donde la presencia de un partido casi único dominaba la escena política el hecho de ostentarse con los colores verde, blanco y rojo subraya la asociación de colores de la bandera símbolo de identidad nacional en beneficio de un instituto partidista y que de manera ilustrativa nos indica el Maestro Abraham Quiroz Palacios ejemplificándolo a partir de factores que hiciera longevo el sistema político mexicano a partir del orden y de la cohesión social que era indispensable para el país, y que en el factor 6 de 6 menciona que: “El modelo pedagógico empleado para hacer que todos los mexicanos, pudieran, con increíble facilidad aprender y aceptar al sistema político mexicano proceso que a nivel psicológico consistió en una extensa difusión -hasta lograr la interiorización en cada una de las mentes- de las cogniciones, los sentimientos, los usos y las costumbres de hacer política que caracterizaban al propio sistema, lo cual incluía, desde luego, la indicación de quienes deberían de hacerse cargo de estas actividades (reservadas para el profesional, para el líder y para el funcionario) qué “valores” deberían de promoverse y hacer que se reprodujeran (que normalmente eran los de respeto, de lealtad y hasta de sumisión a las figuras de autoridad), y que creencias deberían de aprender los niños para que sentimentalmente crecieran en perfecta armonía ideológica y con disposición a cohesionarse en torno a su patria, a su bandera, a sus héroes y a todos los símbolos y referentes de identidad que a juicio de los hombres de estado, generan cohesión nacional”. (Quiroz Palacios, Abraham, “Las Conductas Políticas del Mexicano, un estudio psicosocial”, p. 26, Edit. BUAP, México, 1999).

La transformación que se ha dado en tormo a la evolución de la enseñanza-aprendizaje de la formación cívica y/o política va acompañada de procesos de democratización y de enseñanza y aplicación de valores y actitudes, por lo cual la enseñanza de carácter social seguirá su curso y llevara su tiempo, las generaciones pasadas llegamos tarde a este aprendizaje, las generaciones de hoy están obligadas a asimilar que la formación educativa de ciudadanos libres respecto a la toma de decisiones de carácter individual y colectivo que se dará en cuanto a la diferenciación, de practicas y actitudes, de aceptación de normas, de denuncias de abusos, de elaboración y seguimiento de propuestas y proyectos, por un México mejor.