04 junio 2009

Del voto útil al voto inútil

No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón:
todo el mundo está convencido de tener suficiente.

René Descartes


Pensaba escribir sobre la figura del diputado, y todo lo que en gran parte gira en torno a esta figura de representación popular, pero lo haré mas adelante, pero a cambio tratare de aportar algunos elementos referentes la contracampaña para la anulación del voto.

La contracampaña para efecto de anular el voto, me hace recordar a los viejos abstencionistas de los años setentas y mediados de los ochentas, donde estos llamaban a abstenerse para efecto de no convalidar las acciones gubernamentales, <"El voto es una engañifa", concluía Genaro Vázquez en 1963, después de que el ejército revirtiera el presumible triunfo electoral de la Asociación Cívica Guerrerense (ACG); cinco años más tarde la ACG, transformada en Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, se alzaba en armas. Tres décadas después, a fines de los ochenta y principios de los noventa, el cacicazgo guerrerense seguía buscando ahogar en sangre los movimientos democráticos, como lo evidencia el cruento desalojo de las comunas perredistas en 1990, pero también los 200 opositores asesinados durante el gobierno de José Francisco Ruiz Massieu y la masacre de Aguas Blancas ordenada por Rubén Figueroa.> (Bartra. Armando, La victoria por el camino largo Por los comicios del sur, suplemento Masiosare, La Jornada on line, número 374, domingo 20 de febrero de 2005, extraído del sitio:
http://www.jornada.unam.mx/2005/02/20/mas-bartra.html)

Otro ejemplo mas es aquel que se manifestaba en 1988 cuando Alberto Anaya Gutiérrez, Francisco González Gómez entre otros dirigentes nacionales de la Organización de izquierda Revolucionaria-Línea de Masas (hoy Partido del Trabajo) llega a un convenio político-electoral con el Partido Mexicano Socialista (hoy Partido de la Revolución Democrática), destacando que <esta organización planteo durante muchos años una posición abstencionista. Sin embargo destacan, la realidad del país, la profundidad de la crisis, y la apertura de nuevos espacios para la participación electoral nos llevaron a la determinación en nuestra ultima Asamblea Nacional Plenaria de tomar parte en los procesos electorales> (Medina. Mario A., La realidad del país nos hizo abandonar el abstencionismo: OIR-Línea de Masas, La Unidad, número 24, 14 de febrero de 1988, México, D.F., pag. 79)

Por lo anteriormente planteado queda claro que la desconfianza en los procesos electorales era más que justificada, ya que no existía la apertura y no se respetaba la decisión del sufragio popular.

Es por ello que en la década de los ochentas empezaron a cuestionarse las estructuras gubernamentales anquilosadas que tomaban decisiones repercutiendo en todo el país formando parte de un sistema político muy a la mexicana que se caracterizaba entre otros aspectos por:

a) La existencia de un partido único, b) El control del gobierno sobre los órganos electorales, c) La utilización del aparato gubernamental para apoyar a determinados candidatos, y d) La utilización de prácticas fraudulentas para la imposición de candidatos en cargos de elección popular.

La década de los noventas viene a formar parte de una época de transición ya que con la desaparición de la Comisión Federal Electoral (controlada por los gobiernos en turno) dando paso al Instituto Federal Electoral, el sistema electoral en México empieza a cambiar de rostro, porque:

a) Empieza a tomar forma un sistema pluripartidista, b) Empieza el transito de la ciudadanización de los órganos electorales, c) Los partidos de oposición pasan a ganar elecciones convirtiéndose en partidos oficiales o en el poder.

Y si bien es cierto la practica fraudulenta no ha sido totalmente erradicada, se ha abusado de la nula interpretación de la legislación electoral para efecto de que los partidos con mayor suficiencia económica tengan los elementos suficientes para mantenerse vigentes, o para impedir el paso a diferentes opciones de izquierda como lo fueron las elecciones del año 2006 cuando Andrés Manuel López Obrador fue el candidato Presidencial de la coalición Por el Bien de Todos liderada por el PRD.

Para que pasara todo lo anterior hubo una abierta lucha por parte del Partido de la Revolución Democrática para que se diera ese cambio, para que la apertura democrática no solo fuera en el papel sino en los hechos, las leyes electorales actuales no son perfectas pero pueden ser perfectibles.

Quienes promueven la anulación del voto, es justo decirlo están en todo su derecho, nadie puede evitarlo, pero de alguna manera da la impresión de que desconocen el largo camino que ha recorrido México para poder instaurar la democracia, empezando por la perdida de vidas humanas que luchaban por ideales de un sufragio transparente, con todas las fallas habidas y por haber de órganos electorales autónomos como lo es el Instituto Federal Electoral y del respeto a la emisión del sufragio, por eso a los que llaman a la anulación del voto, tendrían que recordar dos aspectos a considerar:

Uno.- se tendría que ser cuidadoso el entender las repercusiones que se tengan para anular el voto aumentaría los porcentajes de unos partidos y disminuiría otros, y

Dos.- que aun anulando el voto, el sistema político prevalecerá, por que de esa manera esta plasmado en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, a menos que se cambie las respectivas leyes, así como la forma y estilo de las estructuras del sistema político mexicano de fondo, de otra manera lo veo difícil.